Katharine Mcphee

Ni que decir tiene que American Idol está siendo una fuente inagotable de increibles intérpretes y mejores vocalistas. A diferencia de la edición española, en American Idol se apuesta muy fuerte por la música negra, tal es el caso de artistas como Ruben Sttudart, Fantasia Barrino, Paris Bennet, o de cantantes de raza blanca como Katharine Mcphee, con ciertos resquicios de esencia soul. Admiradora confesa de Brian Mcknight o Whitney Houston, gala tras gala deleitó al público estadounidense con temas de Stevie Wonder, Ella Fitzgerald, Aretha Franklin, la propia Whitney o Phil Collins, ganándose el respeto incluso de Simon Cowell, miembro más estricto del jurado del programa.

No se dejen engañar por su aspecto cándido y su estética de "princesita" del pop moderno porque bajo esa imagen de producto meramente comercial, Katharine Mcphee esconde una asombrosa capacidad vocal ligada al soul, al funk o el rythm & blues. Nos encontramos gratamente sorprendidos por el debut de esta belleza, un disco que aglutina las últimas tendencias en la música negra, desde una óptica pop, sin dejar de lado la comercialidad pero aportando una calidad prácticamente inédita en este mercado.

Se aprecian dos vertientes muy diferentes en este trabajo. Por un lado las baladas más clásicas, en las que su tímbrica recuerda bastante vocalistas como Mariah Carey o Kelly Clarkson (ganadora absoluta de la primera edición de American Idol) y, por otro, temas up-tempo cercanos al r&b de los noventa. Una muy aceptable incursión en el mercado con la que Katharine Mcphee pide a gritos un sitio de honor dentro del panorama musical actual.

La producción y composición corren a cargo de personajes tan imporantes como Babyface, Kara DioGuardi, Chad Hugo de The Neptunes o Nate Hills, compañero de producción de Timbaland. Destaca el tema que abre disco, "Love Story", muy en la onda de Joss Stone, el medio tiempo "Home", que incluye elementos jazz dentro de una estética pop/rock con arreglos vocales cercanos a los de Celine Dion, "Not Ur girl" en la que se advierte la mano de Clive Davis (demos gracias al genio por rescatar esa vertiente de la música negra del pozo en que se está hundiendo por su propio peso) o "Each other" y "Neglected" muy cercanas al r&b que revolucionó por completo América hace algo más de un año, el de Mariah Carey y su "We belong together".

Un disco altamente recomendable.

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