Entrevistamos a David Moreu, director de Down To Earth, documental que analiza la ascensión de Stax Records, la muerte de Martin Luther King y el papel de la música en la guerra por los derechos civiles del pueblo afroamericano.
A las puertas del esperadísimo regreso de Mariah Carey, el productor Mahogany, quien ya trabajara con la cantante en "Sprung", tema incluido en una rara edición japonesa de "The emancipation of Mimi", rentabiliza las sesiones de grabación para dicho álbum poniendo a la venta de manera exclusiva el tema "I feel it", un medio tiempo de estética soul setentera y arreglos pop que sí guarda cierto parecido con aquel proyecto, tanto a nivel melódico como vocal, pero que queda en un segundo plano con respecto al mismo en lo que a calidad musical se refiere. En su lugar pudimos disfrutar de la gran balada "Joy Ride", aunque se agradece, más por curiosidad, que "I feel it" haya llegado a nuestros oídos.
Con "Charmbracelet" parecía que la carrera de Mariah Carey había quedado relegada al olvido hasta que, bien por suerte, bien por un trabajo excelentemente desarrollado, llegó "It's like that", impactante regreso de "la voz". Había transcurrido relativo poco tiempo, aún con el single de adelanto copando las más altas posiciones de distribución radiofónica en EEUU, cuando apareció el sencillo "We belong together", sin duda la gran sorpresa de la temporada y el mejor tema de todo 2005. La revolución estaba servida, ese segundo corte se expandió como la pólvora y en todo el mundo se hablaba, y esta vez de manera positiva, de la vuelta al mercado de la artista más vendendora de la historia.
"We belong together" no tardó en convertirse en número uno del Billboard, posición en la que se mantuvo durante catorce semanas no consecutivas. Uno a uno, todos los singles extraídos de "The emancipation of Mimi" fueron directos al "top five" y el álbum cerró el año 2005 siendo el más vendido. No faltó, por supuesto, el reconocimiento de la crítica, que años atras bapuleó su trabajo sin ningún pudor, así como diversos galardones a nivel mundial que culminaron en ocho nominaciones a los "Grammy", convirtiéndose así en la artista más nominada de la edición 2006 y de las cuales consiguió tres, empatando con "John Legend" y "Kanye West", dos de los principales exponentes en la música negra actual.
Y es que parece que fue ayer cuando Mariah caía rendida a los pies de tal género, allá por 1997 cuando vió la luz "Honey", single de presentación de "Butterfly", uno de sus mejores y más personales discos hasta la fecha. Desde entonces su música ha seguido los derroteros que marca la industria, aportando su voz y su particular visión, no exenta de comercialidad, sobre el rythm & blues contemporáneo.
Con "The emancipation of mimi" sorprendía de nuevo con un registro directo y cercano a sus primeros días. Hablamos de un disco que fusiona r&b, gospel, hip-hop y soul con ciertos tintes pop, como no podía ser de otra forma, pasados por el filtro de la comercialidad. Por ello aparecen temas como "It's like that", "Get your number", "To the floor" o incluso "Shake it off", con reminiscencias hip-hop, donde no faltan colaboraciones de importantes raperos como Snoop Dogg, Nelly o su productor "fetiche" Jermaine Dupri. Por el contrario, "The emancipation" brilla por algo más que ser una suerte de canciones de producción ligera (y no tan ligera) brillantemente conducidas por JD en primera estancia, y por la propia Mariah en segunda, sino por un claro intento de acercar la música negra a la época actual sin faltar a la seriedad del género. De tal hecho darán cuenta las joyas que esconde ese disco, como "Mine again", "Circles", "I wish you knew", el sencillo con estética gospel "Fly like a bird", séptimo single del disco, o el multiplatino "We belong together".
Sin duda estamos ante uno de los mejores discos del año 2005, que aún a fecha de hoy mantiene viva la llama del triunfal regreso de una de las mejores voces de la historia y que, sin duda, cimienta el camino hacia ese esperado nuevo disco que, muy probablemente, nos traiga a una Mariah todavía más negra, desprovista de los visos de comercialidad de los que aún hace gala su música. Aunque, bien visto, con discos tan sumamente buenos como este, tal vez aquello que algunos denominan "comercial" despectivamente, empiece a cobrar especial importancia. Tiempo al tiempo.
¿Tiene derecho el "principito" del pop a ser algo más que eso? La respuesta es sí. Tras una larga trayectoria como lider de la banda N'Sync, cuyo estilo pasaba por el pop con guiños r&b o soul, en tanto que formaban una aceptable agrupación vocal, Justin Timberlake decidió encaminar su carrera centrándose enteramente en el género negro. Es cierto que es mucho más fácil sorprender cuando nadie espera nada de ti excepto miles de quinceañeras enloquecidas por tocar aunque solo fuera un milímetro de tu piel; sin embargo, y a pesar de ello, Justin consiguió derribar esa delgada línea que separa lo "respetado" de lo "repudiado" por intrusismo.
Entonces llegó "Like I love U", primer sencillo de su disco debut, y con él, una nueva imagen mucho más urbana. Una incesante promoción, un gran tema, un videoclip con una estética muy acorde con esa nueva imagen y una increible demostración de cualidades para el baile (algunos llegaron a compararlo con Michael Jackson) y aceptable capacidad vocal, dejaron al público, acostumbrado a ver a Justin rondando otros registros, con ganas de mucho más. "Justified" se convirtió rápidamente en un fenómeno mediático y en el reconocimiento de un artista de gran valía.
Trabajar con The Neptunes, Timbaland y Brian Mcknight configuraba una fórmula de éxito asegurado, siempre y cuando el talento no brillara por su ausencia, nada más lejos de la realidad. Paulatinamente, sencillo tras sencillo, revalidaba su liderazgo en las listas de ventas de medio mundo. "Cry me a river", "Rock your body" y "Señorita" fueron los sucesores de ese aclamado primer single. A ello hay que añadir una espectacular gira junto a su compañera en "The Mickey Mouse club" (el pasado siempre acecha a la vuelta de la esquina), Christina Aguilera, que por entonces revalidaba su carrera con "Stripped". Objetivo conseguido.
Por tanto, "Justified" es un gran album, con un objetivo claro y una coherencia explícita. En cambio, hay temas que siguen sonando ligeramente pop (o simplemente "ligeros") y que no encajan en el proyecto. El mejor tema, dentro de una reminiscencia soul, "Never again", producido por Brian Mcknight aunque, por supuesto, no desluce ninguna de las producciones de la pareja de oro, Chad y Pharrell, así como algunos de los cortes de Timbaland, entre ellos, "Cry me a river". Las puertas de olimpo musical se abrían ante Justin Timberlake.
Tres años después de la salida al mercado de "Justified", tras innumerables colaboraciones con otros artistas, Justin comienza a desarrollar la base de este nuevo trabajo del cual se especuló hasta la saciedad. Algunos rumores (incluso apareció un posible "tracklist" del disco) le situaban en esta ocasión muy cercano a la estética nu-soul, trabajando con India Arie o John Legend, entre otros. Lamentablemente, "Sexyback" derribó las expectativas creadas a la par que generaba cierto recelo hacia su nueva producción discográfica.
Del mismo modo que ya ocurriera con "Like I love U", este primer single, a pesar de las sensaciones iniciales que produjo, coronó rápidamente la lista Billboard, suponiendo el estreno perfecto para un nuevo estilo, mucho más electrónico y bastante menos "negro".
"Future sex/love sounds" es un bombardeo constante de bases contundentemente inimaginables y devaneos con los elementos menos "naturales" en cuanto a instrumentación se refiere, siendo, por tanto, sampleados y melodías electrónicas la tónica general de un conjunto de canciones con poco sabor a Justin y cierto regusto a innovación. Parece lógico, siguiendo estos precedentes, que en la primera escucha este disco sepa a muy poco y decepcione bastante aunque, tras varios intentos, empieza a cobrar sentido la idea inicial, sobresaliendo brillanteces como "My love", "What goes around", "Summer love" o el propio "Sexyback".
Este disco vale más por lo que pudo haber sido, amén de ese innegable factor de innovación, que por su calidad musical, dado que la producción de la mayoría de los temas (con las excepciones ya citadas) está llevada al extremo con un barroquismo propio de las tendencias actuales. Por supuesto, mención especial requiere el trabajo de Will.I.am en alguno de los temas, que quedarán eclipsados por el trabajo de "Timbo". De nuevo, el mejor tema del disco es el que pone el broche final. Si en "Justified" fue "Never again", en esta ocasión es "All over again", con Justin al piano y una vez más (again) ese sabor soul que tan bien sabe hacer suyo.
Sea como fuere, la realidad es que Justin se ha convertido, sí o sí, en uno de los artistas más importantes de esta década y que muchos tenemos la certeza de que en próximos trabajos, sin dejar de lado el factor sorpresa (característica que ha llevado a otros artistas como el propio Michael Jackson o Madonna a la cumbre), nos deleitará con temas más acordes con el género negro. Mientras tanto, sus temas en directo ganan, y bastante. No diré que "Future sex/Love sounds" es un disco cien por cien recomendable pero sí que Justin es un artista cien por cien imprescindible.
En cuanto a los videoclip de este nuevo trabajo, está explotando su faceta interpretativa. Si en "sexyback" le vimos junto a Elena Anaya en escenas que emulaban las películas de James Bond, en "What goes around" se ha llevado a cabo un cuidado trabajo de filmación junto a la estrella del celuloide, "Scarlett Johansson", en una historia con final trágico.