Anthony Hamilton - Ain't nobody worryin'
Recientemente ha fallecido el padrino del soul. Aunque James Brown siempre será recordado por su talento, afortunadamente existen individuos como Anthony Hamilton para retomar el camino que los clásicos como él cimentaron. Curtido musicalmente en el coro de la iglesia a la corta edad de 10 años, Hamilton es el claro exponente del soul más puro.
Su debut en el año 2003 vino de la mano de "Comin' from where I from" por el que obtuvo unas aceptables ventas y la consideración de estrella indispensable de la música negra actual. En 2005 pudimos disfrutar de "Soulife", un disco que contenía grabaciones anteriores de Hamilton. Desde entonces no han parado de lloverle ofertas, los artistas más "underground" del género le quieren en sus discos y su reconocimiento a nivel internacional se hace cada vez más patente.
En ese mismo año vio la luz el, hasta la fecha, último disco de estudio de Anthony Hamilton, "Ain't nobody worryin", mezcla de soul, jazz, gospel e incluso ritmos raggae, cuyo single de presentación fue el tema del mismo nombre, una oda a la deshumanización de la sociedad frente a los problemas reales de nuestro ámbito más cercano.
Ain't nobody worryin' when the shots fly high
and the siren starts to ring
Ain't nobody worryin'when the kids die young
and the mothers are suffering
Ain't nobody prayin when they kneel down low
all they doin' is tiein their shoe string
Ain't nobody worryin' no more no more
Una de las voces con más soul de los últimos años, una capacidad creativa a nivel lírico asombrosa y un talento musical fuera de lo normal, combinación explosiva que no pasa desapercibida ante nadie. Realmente no hay más que decir sobre este artista. Escuchen, deléitense, juzguen por sí mismos y después vuelvan a escuchar con más detenimiento porque Anthony Hamilton tiene aún mucho que contar.
A destacar: "Preacher's daugther", que trata temas tan duros como la prostitución, la fe del ser humano o las relaciones sociales y familiares, o "Pass me over", el tema más cercano al rythm and blues, asentado en una gran melodía de piano que, en ocasiones, se torna composición de jazz y que cuenta con un coro gospel como acompañamiento. Sin duda, un disco indispensable y un artista indispensable.